home

search

CAPÍTULO 4

  Después del escapar del ataque en el pueblo solo quedamos un grupo peque?o de sobrevivientes, pero nuestros números habían bajado en varias búsquedas hasta quedar un número muy peque?o: Carlos, Ana, Sue, Lucas, Mary y mi persona, éramos los últimos sobrevivientes del pueblo, formamos un equipo bastante eficiente o al menos era lo que percibía, siendo la más peque?a y muchas veces me sentía como la hermanita menor de todos.

  Juntos recorrimos las calles desiertas, buscando alimentos y refugio. Aprendimos a movernos en silencio, a escondernos entre los escombros y a evitar cualquier ruido que pudiera atraer a los seres. Con cada salida, nos arriesgábamos más; cada encuentro con ellos era un recordatorio de lo frágil que era nuestra existencia. Pero esa noche nos sentamos para hablar sobre si debíamos o no buscar a la resistencia.

  —Es una locura — Dijo Sue con su voz suave y tranquila que la caracterizaba — Es un riesgo muy grande para un simple rumor, es más es hasta curioso, no entiendo Carlos, ?Dónde oíste un rumor si todos los lugares a los que hemos llegado no hay más de escombros y destrucción? — Las palabras de Sue me volvieron a la realidad, mire a Carlos buscando una respuesta que me tranquilizara.

  Carlos desvió la mirada, evitando mis ojos por un momento. Su mandíbula se tensó, y pude ver una sombra de duda cruzar su rostro antes de que él hablara.

  —No importa de dónde vino el rumor —dijo finalmente, su voz firme, pero con una pizca de impaciencia—. Lo importante es que tenemos una oportunidad de encontrar la resistencia y unirnos a ellos, no podemos seguir vagando por las calles, es aún más peligroso para todos.

  Ana frunció el ce?o, claramente desconfiada.

  —Pero, Carlos, necesitamos saber si podemos confiar en esta información. No podemos permitirnos más riesgos innecesarios, no es simplemente ir y cruzar la esquina de la calle, estamos hablando de un trayecto pesado y difícil, sin contar que no tenemos las suficientes provisiones y no es como si fuéramos al super para comprar más.

  Carlos suspiró y pasó una mano nerviosa por su cabello.

  —Confía en mí, ?de acuerdo? No podemos quedarnos aquí esperando a que esos... seres nos encuentren. Tenemos que hacer algo.

  Hubo un silencio tenso mientras todos lo mirábamos. Sabía que había más detrás de sus palabras, algo que no nos estaba contando, pero en ese momento no podía discernir qué era.

  —?Qué nos estás ocultando, Carlos? —pregunté suavemente no podía creer que me estuviera ocultando algo, intente no sonar acusatoria pero incapaz de contener mi curiosidad, mi voz me delato.

  Carlos me miró finalmente, sus ojos llenos de una mezcla de cansancio, determinación y vergüenza. El silencio volvió a envolvernos, Carlos bajó la cabeza y finalmente confesó.

  —Antes de todo esto, yo... yo trabajaba para un grupo que estaba experimentando con... cosas. Cosas que no puedo ni quiero describir. Cuando las cosas se salieron de control, supe que tenía que dejar todo. Pero antes de irme, escuché rumores sobre una resistencia, un lugar donde aún queda esperanza. No podía decírselo a nadie porque... porque sé que fui parte del problema.

  —?Y por qué no nos dijiste antes? — preguntó Sue, con una mezcla de incredulidad y preocupación.

  —Me avergüenza decir que fui parte de esta locura — Su mirada era intensa llena de dolor, sus lágrimas empezaron a caer por sus mejillas — Debí parar todo esto cuando pude, eliminar cada dato, quemar cada prueba. Si lo hubiera hecho no estaría el mundo así, soy culpable de cada muerte.

  —Lo hecho, hecho está —dijo Mary— Si lo que buscas es redención, solo la tendrás ayudando a parar todo esto, tienes que decirnos todo lo que sabes, sin mentiras.

  Carlos respiro profundamente y secando sus lágrimas continuó hablando.

  —El Proyecto Nova, originalmente estaba dise?ado para ser parte de la solución del terrible aumento de patologías que vivíamos, buscábamos crear un virus que reconociera las células enfermas o da?adas y las eliminara, reemplazando o reparando su información. Al menos ese era mi pensar y el de otros colaboradores del proyecto.

  This tale has been unlawfully lifted from Royal Road; report any instances of this story if found elsewhere.

  —Supongo que no fue así— me sentía abruma con esta información, siempre vi a Carlos como un hombre fuerte, seguro y firme, pero verlo de esta manera frente a mí, tan roto y con lleno de culpas, era algo que no esperaba.

  —No, al tiempo de esta trabajando en el proyecto, ya habíamos logrado que le virus reconociera algunas células. Sentimos que era un gran avance para todos, sin embargo, el verdadero fin que querían darle a este virus era totalmente diferente al que nos plantearon al principio— Carlos tenia una mirada vacía, era evidente que le afectaba recordar todo— Descubrí que querían usar el todos nuestros estudios y nuestro duro trabajo en seleccionar un tipo de objetivo específico y así disminuir la población mundial.

  Sus palabras se sintieron como un pu?al de hielo que me atravesaba todo el pecho, me recosté en un árbol y comencé a sollozar no podía creer nada, Carlos seguía hablando diciendo palabras que no entendía, que no lograba escuchar, sus palabras resonaban en mi cabeza, cada sílaba un eco helado que perforaba mi corazón. Un torrente de pensamientos se agolpaba en mi mente, cada uno más aterrador que el anterior.

  — Inmediatamente me entere del verdadero fin, proteste y trate junto con otros de eliminar cada dato recolectado, solo logramos destruir una peque?a porción antes de ser atrapados y poco a poco fueron eliminando a quien se opusiera a este nuevo ideal— era duro oír este relato, pero me era más difícil no sentir que realmente no conocía nada de la vida de Carlos, quien de alguna manera desde que lo conocí era una figura importante para mí.

  — Sin embargo, había un grupo que se mantenía en silencio, pero estaba en contra, fueron los que me ayudaron a escapar y me vine a este pueblo a vivir y trate de estar fuera de la vista de todos ellos, pero unos a?os atrás uno de ellos llego a mi casa, me informo que todo el proyecto se había salido de control, no quise saber mucho más en ese momento y le pedí que se retirara y no me buscara más. Lo último que me hablo antes de marcharse era de una base secreta, más allá de estas monta?as, un lugar donde se estaban preparando para la lucha que vendría, siendo honesto no le creí en ese momento y por eso dude en decir esta información hasta ahora.

  El silencio se apodero de todo el grupo al oír el relato de Carlos, nadie supo que decirle, era muy evidente que cada uno se sumergía en sus propios pensamientos y yo tenia una mezcla de sentimientos, me costaba no culparlo por el estado de mi madre, aunque el se saliera del proyecto antes, era culpable en gran parte de todo esto, sentía que no podía confiar en el ya.

  Todo parecía irreal, como una pesadilla de la que no podía despertar. Mis piernas se sentían débiles y un vacío abismal se abría en mi pecho, la desesperación se apoderaba de mí, mire a Carlos y aunque intente no mirarlo con desprecio él se dio cuenta.

  Sentí unos brazos rodeándome, tratando de reconfortarme, pero era inútil; algo en mí se rompía. Levanté la mirada y vi a Mary, sus ojos llenos de preocupación y comprensión. Su abrazo firme intentaba mantenerme anclada a la realidad, pero mi mente seguía vagando entre el dolor y la incredulidad.

  —Lucia —susurró Mary suavemente—, sé que esto es difícil, pero necesitamos mantenernos unidos. No podemos permitir que esto nos divida— era como si pudiera oír cada uno de mis pensamientos en ese momento.

  Carlos dio un paso hacia nosotros, su expresión llena de arrepentimiento.

  —Lucia, te prometo que haré todo lo posible para encontrar a la resistencia y detener esta locura. Necesito tu confianza... necesitamos trabajar juntos.

  Sue, Ana y Lucas también se acercaron, formando un círculo de apoyo a mi alrededor. Sentí una chispa de determinación encenderse dentro de mí. Aunque mis emociones estaban en caos, sabía que debíamos seguir adelante. No solo por mí, sino por todos aquellos que habían perdido tanto.

  —No puedes ocultar más detalles como este —murmuró, Lucas— La confianza es la base para nuestra supervivencia es este mundo de mierda, necesitamos la verdad, toda la verdad. Nada de más secretos.

  Carlos mirándome, asintió —Lo prometo, a partir de ahora, no habrá más mentiras.

  —No es solo una promesa a Lucia — las palabras de Sue fueron en un tono muy severo, molesta.

  —?Es toda la historia? —pregunto Mary— ?Esto es a lo que nos enfrentamos? Debemos encontrar a la resistencia, pero debemos ser cautelosos.

  —No sé, en que habrán modificado el virus ni porque afectar unos y a otros no, tampoco sé si el toque de estos seres pueda afectar más allá de llevarnos a la muerte. Pero estoy seguro de que hay quienes aún están trabajando para solucionar todo este infierno, pero también puedo estar seguro de que vendrán cosas peores.

  El aire se volvió aún más denso y un escalofrío recorrió mi espalda. Todos nos miramos, tratando de procesar lo que acabábamos de escuchar. No estaba segura si estábamos peor que al comienzo, pero al menos ya lográbamos comprender un poco más todo lo que estaba pasando, cada pensamiento traía un dolor punzante en el pecho que me hacía pensar en mi padre. De repente, un ruido sordo resonó en la distancia, haciendo que todos nos tensáramos. Miré a Carlos, quien alzó una mano para indicar que guardáramos silencio.

  —?Qué fue eso? —susurré, mi corazón latiendo con fuerza.

  Carlos entrecerró los ojos, tratando de discernir el origen del sonido.

  —No lo sé, pero no estamos solos.

  Nos quedamos inmóviles, escuchando abrace fuertemente a Mary, tenía miedo, el ruido se repetía cada vez más cerca. Con un movimiento rápido, Carlos apagó la fogata con su bota, sumiéndonos en la oscuridad total.

  —Prepárense —murmuró, su voz apenas audible—. Sea lo que sea, debemos estar listos.

Recommended Popular Novels